Glaciar Perito Moreno (pasando por El Calafate)

Ushuaia - El Calafate - Glaciar Perito Moreno - 740km (Total 14.510km)


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Siguiendo una clásica ruta donde comenzaba a habituarme ha ir reconociendo rostros vistos anteriormente, llegué hasta El Calafate.

En este pequeño pueblo hace muy pocos años no había prácticamente nada. Lo único que causa su prolongado crecimiento es la reciente creación del aeropuerto internacional que se encuentra a pocos kilómetros. El Calafate, a parte de la residencia que por aquí tienen los Kirschner y que se halla permanentemente custodiada por guardas federales la inmensa mayor parte del año que permanece inhabitada, tiene como único atractivo ser la población más cercana al glaciar Perito Moreno, siendo de aquí desde donde parten las excursiones para visitar tal monumento natural.

Cuando uno va terminando de recorrer los ochenta kilómetros que separan el pueblo del glaciar, cuando ya entra en el Parque Nacional y va observando la riqueza natural que allí se encuentra, con su vegetación y su fauna,

justo en ese momento uno no puede evitar sentir un nervioso cosquilleo ante la inmensidad de lo que se avecina. Ciertamente, y ahora que lo he visto, sentido, palpado, oído...ahora que me he dejado maravillar por este espectáculo grandioso, pudo afirmar que tal nerviosismo fue una absoluta nimiedad ante la magnitud de esta obra de la naturaleza.

Resulta enormemente curioso la formación del glaciar siglos atrás y su mantenimiento actual. Aires cálidos provenientes del pacífico transportan partículas de H2O que, al enfriarse tras penetrar en el continente y subir por la cordillera andina, van conformando la formación continua del Perito Moreno.

Lo realmente sorprendente es que ¡todo esto ocurre a tan solo doscientos metros de altura sobre el nivel del mar!. Los glaciares que se hayan en otros lugares del mundo y que pueden compararse con la inmensidad de éste, como en Noruega o Groenlandia, tan solo pueden erguirse a más de tres mil metros...







Estas fotos pueden reflefar una pequeñísima parte de lo que significa estar allí presente. Quizás, usando la limitación de las palabras, tan solo podría transmitirlo afirmando que una vez visualizada esta gigantesca estructura de hielo, tras observar como se resquebrajan las grietas que apenas separan estos inmensos bloques de hasta sesenta metros de altura y cinco kilómteros de ancho -solo el frente-, y luego de escuchar el estruendoso sonido y el prolongado eco que produce la caída al lago de los inmensos bloques que se separan del cascote central; cuando uno tan solo puede mostrar asombro y perplejidad por el disfrute y deleite de esta inigualable mole de agua congelada, es entonces cuando concluyes: este va a ser un recuerdo que no olvidaré en mi vida.

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De entre todas las fotos del glaciar, a pesar de todo, se puede deducir una pequeña parte de lo visto. Sin embargo, con el siguiente video se puede palpar de una forma mucho más precisa lo que sentí en este lugar. Justo cuando grababa, y dentro del mismo plano que en ese momento filmaba, un trozo bastante grande de hielo cayó frente a mis ojos. Fue un momento tan intenso, tan emocionante, tan inolvidable, que lo único que se oye, aparte del estruendo de su caída, es a mi sin parar de reír a carcajadas mientras gritaba: "¡Toma! ¡Lo grabé! ¡No me lo creo! ¡Lo tengo, lo tengo! ¡Toma!"

Fue maravilloso: